La alcaldesa de Alcázar animó a hermandades y cofradías a «trabajar juntos para engrandecer la Semana Santa y convertirla en Fiesta de Interés Turístico Regional»
El pasado sábado, 30 de marzo, el Auditorio Municipal de Alcázar de San Juan acogió el tradicional pregón de Semana Santa ofrecido este año por el profesor e historiador Daniel Jesús García Riol. Un alcazareño «de adopción» -como destacó la alcaldesa de la ciudad- que realizó un extenso recorrido por las diferentes estaciones de penitencia que componen la Semana Santa de la ciudad y reivindicó la recuperación del Cristo de la Paciencia, que dejó de procesionar en el año 2018. La alcaldesa alcazareña, Rosa Melchor, animó a hermandades y cofradías a «trabajar todos juntos, como hasta ahora, para engrandecer nuestra Semana Santa que se merece salir más allá de nuestras fronteras convirtiéndose, por ejemplo, en Fiesta de Interés Turístico Regional».
Daniel Jesús García Riol es un profesor e historiador segoviano, que lleva 22 años viviendo en Alcázar de San Juan y conoce bien la historia y tradiciones de la ciudad. En este tiempo, ha llevado a cabo investigaciones y realizado publicaciones sobre temas como los Caballeros Hospitalario o las Fiestas de Moros y Cristianos. Su gran pasión es la Semana Santa, llevándole a colaborar con diferentes cofradías de toda España y, por supuesto, también en su ciudad de acogida, donde es hermano de la de Jesús del Perdón y la Virgen de La Salud.
Para la alcaldesa de Alcázar es «todo un acierto», el que el Consejo de Hermandades y Cofradías haya escogido este año a un pregonero que conoce tan bien la ciudad, «y que es uno de los nuestros, conoce nuestra Semana Santa y está perfectamente integrado en nuestras costumbres y en nuestro modo de celebrarla».
Daniel Jesús García realizó un recorrido por las diferentes estaciones de penitencia -aportando detalles históricos y sentimientos en relación a cada una de ellas- y reivindicando la recuperación de la salida procesional, la tarde del jueves santo, del Cristo de la Paciencia; que dejó de salir a las calles de Alcázar en 2018, después de casi tres siglos de tradición.
Para el pregonero, no resultó fácil preparar la intervención con la que se da salida oficial a la Semana Santa alcazareña. «Preparar el pregón no ha sido sencillo, pero me ha resultado una tarea emocionante y agradecida, que sirve para reflexionar sobre aspectos como la fe, la tradición y el trabajo de las hermandades. Un trabajo que, con el apoyo del Ayuntamiento y el de vecinos y vecinas, sirve para seguir potenciando nuestra Semana Santa y que todos podamos disfrutar de este magnífico espectáculo que es, al mismo tiempo, un milagro estético y una manifestación de fe notabilísima».
Antes del pregón, la alcaldesa alcazareña agradeció al Consejo de Cofradías la implicación y el trabajo que realizan hermandades y cofradías para que la Semana Santa de Alcázar se supere cada año y las calles de la ciudad se llenen de «arte, historia, cultura, tradición y religiosidad». Señaló la importancia que esta fiesta tiene para la ciudad, ya que es la fecha del año en la que se recibe a un mayor número de visitantes, y los animó a seguir trabajando «en corresponsabilidad» para seguir engrandeciéndola «y hacer que salga más allá de nuestras fronteras convirtiéndose en Fiesta de Interés Turístico Regional». Igualmente valoró la historia de esta fiesta en la que participan hermandades con más de tres siglos de tradición, como es el caso de la de Jesús de Nazaret y otras de más reciente creación como la de Jesús del Perdón y la Virgen de La Salud. Una historia que señaló está muy unida a la «tradición familiar» -en cuanto al sentimiento de pertenencia a una u otra hermandad- y al «espíritu inquieto y participativo» de los alcazareños que hace que en la localidad existan numerosas asociaciones y colectivos interesados por diferentes aspectos sociales y culturales, entre ellas las hermandades y cofradías. «Alcázar es una ciudad amable en la que cabemos todos. Una ciudad tolerante, inclusiva y generosa. Os animo a seguir soñando y trabajando, todos de la mano, por este Alcázar del siglo XXI al que hemos dado forma juntos; ese modelo de ciudad en el que creemos y queremos que vivan y crezcan nuestros hijos y nuestros nietos».