Es un recurso a medio paso entre una residencia y el propio hogar del mayor. En la vivienda tutelada, hombres y mujeres, conviven en un espacio agradable asistidos durante todo el día por auxiliares que se encargan de las tareas domésticas (limpieza de hogar, lavado de ropa, cocina,..). Además, el servicio de tele-asistencia cubre cualquier emergencia que se pueda producir. La vivienda cuenta con espacio para ocho personas, quienes comparten dormitorio de dos en dos y siempre suele tener plazas disponibles.
El perfil de usuario es un mayor, a partir de 60 años, con autonomía personal, o que requiera de una mínima ayuda, y que por motivos familiares, personales, afectivos o económicos requieran de esta alternativa y desee compartir hogar. Como si fuera su propia vivienda, los mayores tienen su llave para entrar y salir, con el único límite de respetar las normas de convivencia. La vivienda está ubicada en el centro de la población para favorecer su participación en vida social de la misma.
Servicios Sociales es el encargado de tutelar este recurso y en él se realizan actividades para prevenir el deterioro cognitivo y favorecer la convivencia, la comunicación y la participación. Estas tareas las llevan a cabo principalmente una psicóloga, una educadora y una animadora de Servicios Sociales. De esta manera cada jueves los mayores participan en el «Taller preventivo de estimulación cognitiva» y los martes en el «Taller de convivencia y recursos sociales». El «Taller de animación» se celebra los lunes con un café-tertulia. La idea es que como centro abierto, los mayores se animen a salir y participar de las actividades locales, así como que colectivos y asociaciones también visiten y realicen acciones en este espacio, con el objetivo de favorecer el encuentro y la interacción social.
El precio de este recurso está regulado por una ordenanza municipal y supone un coste del 75% de los ingresos del mayor. Si está interesado en acceder a él, debe pedir cita previa con la trabajadora social de su zona.
